Hace un tiempo cogí este anuncio del suelo, o quizá del parabrisas del coche, y lo guardé porque, reconozco, me hizo gracia. Me parecía una curiosidad, un disparate divertido.
Ahora lo miro con otros ojos. Me recuerda a esos programas que se suelen emitir de madrugada en los que alguien echa las cartas del Tarot a los incautos que llaman -a Dios sabe qué desorbitada tarifa telefónica- a ese supuesto vidente -o como quiera que se denomine a esos charlatanes- con la ilusión de que esas cartas indiquen que su vida va a ir a mejor en el futuro, que su situación de paro no va a durar mucho, que esa relación de pareja que tanto anhela está a la vuelta de la esquina o que su problema de salud no va a ser grave.
Tomemos nosotros las riendas de nuestra vida y luchemos por lo que queremos, por lo que necesitamos, por nuestros sueños. Aprendamos a vivir, a resolver los conflictos de forma adecuada, a comprendernos, a comprender a los otros, a querernos, aceptarnos, a querer y aceptar a los demás.
Esforcémonos en mejorar como personas, en mejorar nuestras vidas, nuestro entorno, en mejorar el mundo, en vez de esperar crédulamente que un mago nos solucione "cualquier problema".
Ahora lo miro con otros ojos. Me recuerda a esos programas que se suelen emitir de madrugada en los que alguien echa las cartas del Tarot a los incautos que llaman -a Dios sabe qué desorbitada tarifa telefónica- a ese supuesto vidente -o como quiera que se denomine a esos charlatanes- con la ilusión de que esas cartas indiquen que su vida va a ir a mejor en el futuro, que su situación de paro no va a durar mucho, que esa relación de pareja que tanto anhela está a la vuelta de la esquina o que su problema de salud no va a ser grave.
Tomemos nosotros las riendas de nuestra vida y luchemos por lo que queremos, por lo que necesitamos, por nuestros sueños. Aprendamos a vivir, a resolver los conflictos de forma adecuada, a comprendernos, a comprender a los otros, a querernos, aceptarnos, a querer y aceptar a los demás.
Esforcémonos en mejorar como personas, en mejorar nuestras vidas, nuestro entorno, en mejorar el mundo, en vez de esperar crédulamente que un mago nos solucione "cualquier problema".