jueves, 21 de octubre de 2010

CÓMO MEJORAR LA RELACIÓN CON NUESTROS HIJOS 5


Tema I: Mensajes de los Padres que deterioran la Relación con los Hijos.


5. APROPIARSE LA VERDAD, JUZGAR, INTERPRETAR.


Es un obstáculo muy grave para la comunicación y el crecimiento cuando se ponen como norma o precepto las propias convicciones como si fueran el único modo lógico y razonable de ver las cosas : “Pero si esto es de sentido común...”. “No sé como no te das cuenta de las tonterías que dices”.


Estas actitudes provocan un gran bloqueo en la comunicación franca y abierta con los hijos. De diversos modos se está transmitiendo a los hijos : “Yo soy más inteligente”, “La verdad es mía...”, “Yo sé más que tú”. Los padres que utilizan este obstáculo suelen etiquetar a los hijos, definir lo “normal” y lo “anormal”, y diferenciar dogmáticamente las ideas inteligentes (las propias), de las estúpidas (las de los hijos) . Lo que dichos padres piensan es "evidente", “clarísimo ", "lógico”. Suelen hacer uso frecuente de las generalizaciones “siempre... nunca”, “todo ... nada”, “blanco ... negro”, “bueno ... malo”.

Estas actitudes provocan que los hijos se sientan rebajados, humillados, torpes, estúpidos, inferiores : “no sé cómo no te da vergüenza decir lo que estás diciendo”, “parece que piensas con los pies”. La abundancia de evaluaciones negativas provocan en los hijos el ocultamiento de sus ideas y sentimientos por considerarlos irrelevantes o por temor a las críticas.

Cuando los padres tienen unos esquemas muy rígidos y dogmáticos, y se sienten en posesión de la verdad, fácilmente cometen otro error : hacen uso frecuente de las interpretaciones. Interpretación es un intento de forzar la realidad para que quepa dentro de los esquemas mentales, distorsiona la realidad a fin de verlos confirmados.

Dichos esquemas se le comunican al hijo para que él también vea e interprete la realidad de acuerdo con estas claves : “lo que a ti te pasa es esto”, etc.

Cuando los padres toman estas actitudes en la comunicación están provocando en los hijos sentimientos negativos :

- Resentimientos : pues al ver descalificadas sus propias ideas se sienten humillados.

- Desconfianza : pues temen las críticas negativas de sus padres.

- Cabezonerías : para evitar que sus padres se salgan siempre con la suya.

- Rebelión abierta : devolviendo ataque con ataque : “más tonto eres tú”, “Sí ya sé que tú tienes siempre la razón”, etc.

lunes, 11 de octubre de 2010

CÓMO MEJORAR LA RELACIÓN CON NUESTROS HIJOS 4


Tema I: Mensajes de los Padres que deterioran la Relación con los Hijos.

Continuamos con nuestro trabajo, acerca de aquellos mensajes que damos a nuestros hijos, y que deterioran la relación con ellos. Insistimos en la importancia de reflexionar en profundidad sobre estos temas, y evitar las prisas y la búsqueda de "recetas", ya que estos dos elementos son contrarios para la buena comunicación.

4. ACONSEJAR. RECETAR SOLUCIONES.

En ocasiones la actitud de los padres cuando se encuentran con un hijo angustiado por un problema es la de “aconsejar” y “recetar” soluciones fulgurantes; una y otra vez empujan al hijo a que actúe de acuerdo con la solución que ellos creen mejor desde su propio marco de refe-rencia. Para convencer al hijo a que ponga en práctica los consejos suele aducirse: “Hijo, te habla la voz de la experiencia”, “Esto siempre me dio un buen resultado a mí”. Es decir, se “receta” que se compre unos zapatos de un número determinado porque con esos zapatos es como más cómodos andamos nosotros.

Cuando la comunicación se establece desde el marco de “aconsejar” y “recetar soluciones”, el hijo puede captar que es más importante el problema en sí, que él como poseedor del problema. Los padres pueden tender a actuar así, para liberarse lo más pronto posible, de la gran ansiedad que les produce el que su hijo tenga un problema: arbitran recetas y parches de solución para liberarse de su propia angustia. Frecuentemente los hijos aconsejados en este estilo y manera, ocultan su frustración con un “no terminas de entenderme papá”, “yo quisiera hacer lo que tú me dices, pero mi caso es distinto...”.

La actitud de los padres está basada en la premisa “yo sé mejor que tú, lo que a ti te conviene”. De esta manera, se manifiesta una falta de confianza en la capacidad de los hijos para afrontar y resolver sus propios problemas, y se posibilita la dependencia y pasividad de los hijos, ante unos padres “salvadores”.

En otros hijos estas actitudes paternalistas provocan irritación, y hasta rebeldía, al considerarse tratados como niños inmaduros, y sin ningún respeto hacia su propia capacidad y autonomía.