viernes, 11 de febrero de 2011

CÓMO MEJORAR LA RELACIÓN CON NUESTROS HIJOS 9

Tema I: Mensajes de los Padres que deterioran la Relación con los Hijos.


9. INVESTIGAR.


En este obstáculo queremos significar la tendencia de muchos padres a acumular información sobre las "actividades" de sus hijos. En la investigación los padres suelen dirigir sus pesquisas de acuerdo con unos esquemas y unos centros de interés que pueden diferir considerablemente del marco de referencia del hijo. El interrogar, especialmente cuando se hace con preguntas cerradas y directas, limita mucho la espontaneidad de los hijos para hablar de lo que verdaderamente les preocupa, ya que las preguntas condicionan las respuestas pudiéndoles desviar del problema real; y, a lo sumo, pueden ilustrar al padre sobre lo que a él le interesa, que puede ser muy diferente de lo que realmente preocupa al hijo.

En algunos hijos la actitud investigadora puede crear un estado de confusión y desorientación al no comprender por qué se le dirigen ciertas preguntas que él no relaciona de ningún modo con el origen de su problema.

En otras ocasiones, sí pueden ver una relación clara y directa, pero esto mismo puede resultarles fuertemente amenazante viendo al padre investigador como un invasor o intruso de su intimidad.

En efecto, la comunicación suele ser vivida por la persona como un proceso, con unas zonas más superficiales que se comunican fácilmente, y otras zonas más íntimas y personales que cuesta más comunicar.

Cuando un padre investigador intenta penetrar en la intimidad de su hijo lo hace a ciegas, sin un conocimiento previo de lo que cada zona significa para el hijo, y lo amenazante que puede resultar una pregunta determinada. Esto puede provocar en el hijo fácilmente un repliegue sobre sí mismo, que responda de modo parcial o con evasivas o bien levante sus defensas en aquellos aspectos que todavía no está dispuesto a revelar.

La actitud investigadora puede provocar también pasividad y dependencia de los hijos hacia sus padres, al sentirse liberados de la responsabilidad de tener que explorar sobre su problema pensando que sus padres están ahí para decirle lo que les pasa y la solución de su problema.

Finalmente, en otros hijos esta actitud investigadora aumenta las expectativas mágicas del hijo pensando que con tanta pregunta e información su padre ha debido encontrar la clave mágica para resolverle su problema. Con el tiempo los hijos acaban por darse cuenta de que si los padres preguntan tanto es porque no saben qué hacer, ni cómo emplear el tiempo.