viernes, 4 de marzo de 2011

CÓMO MEJORAR LA RELACIÓN CON NUESTROS HIJOS 10

Tema I: Mensajes de los Padres que deterioran la Relación con los Hijos.


10. CATALOGAR. COMPARAR CON OTROS.

Otro obstáculo que hace mucho daño a la comunicación y al crecimiento de nuestros hijo es la actitud de catalogar y comparar con otros. Un esquema mental rígido hace pensar y actuar como si existiera una receta, o norma general, que dicte como ha de ser cada persona y cómo debe actuar en cada momento, si quiere ser “normal”.

De este modo se viene a negar prácticamente a los hijos el derecho a tener su propia individualidad, su identidad personal: no puede ser como es, ni puede sentirse como se siente, ni se le reconoce el derecho a ver las cosas como las ve. Se le compara con un “modelo” y se 1e indica que si quiere ser aceptado y querido, tendrá que ser como el modelo con el que se le ha comparado. El hijo vivencia : “Yo no valgo la pena, soy despreciable si quiero ganarme la estimación de mis padres tendré que ser como el “modelo” que me ponen”.

La comparación y la invitación a imitar puede expresarse de formas muy diversas : “A ver cuando eres tan trabajador como tu hermano”. Otras veces se hace de una forma más sutil, por ejemplo, se alaba la conducta de otro hermano o de un familiar en un contexto en el que se supone una invitación a imitarlo : “Qué generoso es Juan, con él sí que es agradable estar”. “¡Qué ricura de hijo, si que es gracioso!”.

En otras ocasiones la comparación tiene el sentido de catalogar directamente al hijo : “Éste es tan raro como su tío..”. “Tiene el genio de su abuelo”. “Eres la oveja negra de la familia”. En estas ocasiones el catalogar, fácilmente tiene el efecto de empujar al hijo a comportarse como se espera de él.

En diversas situaciones, el término de la comparación se establece con el propio padre, poniéndose él mismo como modelo : “Yo en tu lugar ya habría sacado las oposiciones”. “Si yo hubiera tenido más medios que tú has tenido...”. “A mí eso no me pasa”.

Se suelen poner estas comparaciones para “retar” al hijo y motivarlo más, en la consecución de un objetivo. El resultado, sin embargo, suele ser muy diferente del esperado. Toda persona que ha sido comparada con los demás se siente rebajada, insegura, dependiente de la opinión de los demás y busca angustiosamente la aprobación de los otros.

Así mismo, cuando reciben alabanzas, que en realidad intentan condicionar su comportamiento, tienden a pensar que si se les hacen esas demostraciones, o se les estima, es porque no se les conoce suficientemente.

Los hijos, como en general las personas, para recibir la aprobación y el afecto de los demás, se empeñan en ser como se espera de ellos, pero al constatar que no lo terminan de lograr acumulan sentimientos de frustración y agresividad, que en ocasiones concluyen en un rebelión abierta : “Ya que no puedo ser como ellos quieren que sea, y como soy no les gusto, voy a ser lo contrario, y que se fastidien”.


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