Ya decíamos como fue un psicólogo de Yale, Peter Salovey, y un compañero suyo,
Jhon Mayer, quienes acuñaron el gráfico nombre de inteligencia emocional,
aunque posteriormente fuera D. Goleman quien ha hecho famoso mundialmente el
término.
El mérito de
Salovey y Mayer estriba en que concretaron qué es lo que de hecho integra la
inteligencia emocional, o dicho de otra forma, cuáles son los elementos que la
componen. A partir de ellos, otros muchos autores han hecho también esta
clasificación y aunque pueden diferir en los nombres, todos se asemejan en los
contenidos. También hay autores que hablan de habilidades y con este nombre nos
vamos a quedar. La clasificación es la siguiente:
1.
Conocimiento de uno mismo o Reconocer las propias emociones.
Ser conscientes y dar nombre a las propias
emociones es uno los pilares de la inteligencia emocional, en el que se basan
la mayoría de otras cualidades emocionales. Sólo quien sabe por qué se siente y
cómo se siente puede manejar sus emociones, moderarlas y ordenarlas de manera
consciente y constructiva para sí mismo.
Las personas
que tienen mayor seguridades sobre sus emociones son las que mejor saben
dirigir su vida. Desarrollar el conocimiento
de uno mismo requiere llegar a conocer aquellos sentimientos que no
somos conscientes de tener, llamados muy gráficamente “sentimientos de las
entrañas”.
Según Daniel
Goleman, el conocimiento de uno mismo y el de los propios sentimientos son las
bases profundas de la inteligencia emocional.
2. Saber
manejar las propias emociones.
Es lo que
otros autores llaman “gestión del humor”. Emociones como el miedo, la
ira o la tristeza son mecanismos de supervivencia que forman parte de nuestro
bagaje emocional. No podemos elegir nuestras emociones, no las podemos
desconectar o evitar, pero sí está en nuestras manos poder conducir nuestras reacciones
emocionales y la clave de nuestro
equilibrio reside en muchas ocasiones precisamente en esto. No nos puede
extrañar esto, pues todos somos conscientes que cuando nos invade la
emoción tenemos poco control sobre
nosotros. Disminuir los sentimientos de angustia, de tristeza, de
ansiedad...., lo que hagamos con nuestras emociones, el hecho de manejarlas de
forma inteligente, depende de la inteligencia emocional.
El autocontrol es pues una habilidad de la
inteligencia emocional y significa la disposición para saber manejar los
propios sentimientos de manera que podamos permanecer tranquilos para poder
afrontar los sentimientos de miedo y ansiedad y para recuperarnos rápidamente
de los sentimientos negativos.
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