viernes, 28 de junio de 2013

Manual de Comunicación para el Verano 3


PUEDES EVITAR:

 

Descalificar. Es un obstáculo muy grave para la comunicación y el crecimiento;  sucede cuando se ponen como normas o preceptos las propias convicciones, como si fueran el único modo lógico y razonable de ver las cosas: “Pero si esto es de sentido común...”. “No sé cómo no te das cuenta de las tonterías que dices”.

 

Dar órdenes. Cuando algún miembro de la familia, especialmente los padres se comunican en términos de “dirigir” y “mandar”, están trasmitiendo con su actitud hacia los demás, que no los valoran adecuadamente, ni creen en la capacidad de los otros para comprender las situaciones y para resolverlas.  Para justificar estas actitudes es frecuente que se acompañen de declaraciones pretendidamente bien intencionadas, pero por supuesto, nocivas: “Si yo te lo digo por tu bien”, “A mí la experiencia me ha enseñado que…”

 

Amenazar. Este obstáculo para las relaciones presupone básicamente: “Yo soy más que tú”, “Yo valgo más”, "Debes someterte a mí'.  Cuando se "amenaza' o "chantajea", se agrega, sin embargo, un nuevo matiz: "Ay de ti si no haces lo que yo quiero".

 

Etiquetar a los otros. Cuando hacemos esto, catalogamos a una persona, con base en uno sólo de sus aspectos, tomando como base algo que hace, y que nos gusta o nos disgusta; si esa persona hace algo que nos gusta, tendemos a etiquetarla como “buena”, si hace algo que no nos gusta, la etiquetamos como “mala”.

 

Menospreciar. Esta actitud implica quitarle valor a algo que para otra persona es importante, o más aún, quitarle valor a la persona misma.

 

Aislarse. Cuando las cosas no salen como queremos, con mucha frecuencia, en lugar de afrontarlas, decidimos escapar psicológicamente, con el ánimo de no pasar el mal rato que puede significar tratar de resolver un problema

 

Justificarse. Con frecuencia, cuando cometemos un error, pero nos cuesta asumirlo, tratamos de anteponer una serie de razones, que nos ayuden a evadir la responsabilidad y evitar las consecuencias de aquello que no ha salido bien.

 

Insistir. Cuando no conseguimos lo que queremos, frecuentemente tendemos a repetir y repetir lo mismo y de la misma manera, casi siempre con el ánimo, de que el otro se canse de escucharnos, y cumpla con aquello que le pedimos, por efecto del agotamiento.

 

Hostilidad. Esta actitud podríamos entenderla como una serie de comportamientos inadecuados que ponemos de manifiesto cuando nos sentimos cargados emocionalmente; con frecuencia, quienes están a nuestro alrededor, pagan las consecuencias, recibiendo rechazo, miradas amenazantes, comentarios intimidatorios, etc.

Pero sobre todo, no olvides que lo fundamental está en el afecto, y que es hoy, cuando puedes compartirlo con las personas a quienes quieres. ¡Ánimo!

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